Realmente no se ni por donde empezar para describir este sentimiento…
Tantos fallos que tuvimos, tantas derrotas, cada 4 años el sueño se renovaba, pero nunca se hacía realidad y lo único que quedaban eran lágrimas y decepciones.
De verdad nunca pensé ver este momento, atrás quedaron tres décadas de fracasos, frustraciones, del jugamos como nunca y perdimos como siempre.
Recuerdo esa noche del 15 de noviembre del 2017, cada grito que di y cada lagrima que derrame. Aquel día a las 10 pm entre llantos le mandé un audio a mi padre gritando un cántico del Perú y por primera vez le pude decir: Veremos a Perú en el mundial.
Al fin puedo decir que el sueño de muchos peruanos de ver a su selección nuevamente y por primera vez (como es mi caso) en el mundial se ha cumplido.
Este amor por el futbol es debido a mi padre, desde muy pequeño me llevaba al estadio a ver los partidos de su equipo favorito y por supuesto de nuestra selección, con él aprendí todas las barras de Perú (aquellas que le cante entre lágrimas el día que clasificamos al mundial) Él fue la primera persona que me pinto la bandera de Perú en las mejillas, quien me compró mi primer balón, mi primera camiseta y claro el culpable de todo este amor y pasión que tengo hacia mi selección y mi hermoso país.
¿Recuerdas como la desesperación estaba acabando con nosotros y poco a poco se perdían las esperanzas? Pero tú me dijiste que nunca pierda la fe y así fue. Estamos de vuelta y es que no hay mal que dure 36 años y mucho menos peruano que lo resista. Solo me queda decir gracias padre por enseñarme que es el sufrimiento, la perseverancia, la pasión. Feliz Mundial Papá.
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