1. Las mujeres NO son inútiles
En primera instancia, una mujer sana, físicamente es tan resistente como un varón a la hora de ir parada en el transporte público, no se va a romper a pedazos ni se va a cansar más que tú (el cansancio depende de cada quien, sin importar el sexo), es por eso que vamos al segundo punto.
2. Los hombres también se cansan
No somos seres con poderes ni mucho menos, somo tan humanos como una mujer, también nos cansamos, también tenemos derecho de ir desvelados. Recuerda que sin importar el género, todos nos cansamos y tú tienes ese derecho.
3. Los hombres también se enferman y tienen necesidades
Muchas mujeres malinterpretan si un varón no les cede el asiento, pero te has puesto a pensar: ¿y si le duele la cabeza? ¿y si tiene algún desgarre muscular? ¿Y si se siente mareado? ¿Y si tiene ganas de ir al baño?
4. Pagaste tu derecho a obtener el asiento
Amigo, nadie te está regalando el asiento. Si la mujer va parada a un lado de tu asiento, no te sientas mal, tú te ganaste antes que ella ese asiento, y no fue gratis (a menos que seas amigo del chofer). Tú obtuviste dicho derecho, y cuando alguien obtiene sus derechos, hay justicia.
5. No hay que malacostumbrar a la sociedad
Si cedes el asiento, prepárate a seguir bajo el yugo de la iniquidad y para revocar tus derechos y suprimir tus necesidades (portarte como superhéroe a sabiendas de tu malestar estomacal, dolor de cabeza, etc). No permitas que la caballerosidad se vuelva un protocolo inalienable.
6. No vas a quedar bien ante nadie
Usualmente, ceder asientos es más que nada querer quedar bien ante una veintena de personas a las que jamás verás otra vez, y si tu objetivo es quedar bien ante una exuberante dama que va parada, piénsalo dos veces, pues no creas que por ceder el asiento vas a ligar, ella no te dará sus datos ni ningún beso, sólo aprovechará la oportunidad de ir cómoda sin voltearte siquiera a ver cuando ella deba bajar. Éste punto es referente a aquellos varones que quedan impresionados ante el físico de una mujer que va parada.
7. Se puede malinterpretar
Muchas mujeres aún tienen la creencia de que si cedes el asiento quieres algo más. ¡Aguas!
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